Mensaje en una Botella. Mensaje de Esperanza.

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Era el 20 de septiembre de 1.944. En el campo exterminio de Auschwitz-Birkenau (Polonia), campo en el que murieron más de un millón de personas, llamado "la fábrica de la muerte", 7 jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, estaban convencidos de que nunca sobrevivirían a ese infierno, conscientes de que les podían matar en cualquier momento sin ningún motivo, y querían que quedara algo de ellos, algún signo por el que ser recordados.
A poca distancia del campo hay un solar que formaba parte de las  instalaciones de Auschwitz-Birkenau,y uno de los kommandos estaba encargado de construir un búnker como refugio anti aviones. Estos 7 jóvenes, pertenecían a ese kommando, y aún a riesgo de sus vidas, deciden escribir un mensaje con sus números de preso, nombres, y localidades de procedencia a lápiz, en un papel, y meterlo dentro de una botella que escondieron entre las paredes del refugio.
 
65 años después, ese edificio es una escuela, y durante unas obras de remodelación de la misma, el pasado abril se hizo público que un grupo de albañiles encontró la botella cuando se desprendió de una de las paredes de hormigón del sótano que los presos se habían visto obligados a reforzar. Los miembros del museo de Auschwitz-Birkenau autenticaron el hallazgo, y se lo llevaron al Estudio de Conservación del Museo, desde donde será enviada al Archivo. Expertos del museo crearán una reproducción exacta que colocarán junto a una placa en el lugar del hallazgo. El Dr. Piotr MA Cywinski, director del Auschwitz-Birkenau State Museum declaró: "El descubrimiento de un mensaje de esperanza como este en el sitio de Auschwitz es un acontecimiento raro". La botella y su mensaje se expondrán en el centro de visitantes como parte del legado de Auschwitz.

La edad que tenían los 7 chicos cuando escribieron el mensaje, era la misma que tienen los estudiante de la escuela actual. Según Lucjan Suchanek, Rector Profesor  de la Escuela Superior de Formación Profesional Estatal, hay una dimensión simbólica en este hallazgo, puesto que los jóvenes del mensaje "fueron condenados a vivir en una civilización de muerte, mientras que los estudiantes de ahora tienen la oportunidad de vivir en una civilización de conocimiento."

De los 7 jóvenes, polacos y franceses, 5 sobrevivieron al campo. Solo uno era judío.

La transcripción del mensaje es:
"Campo de concentración de Oswiecim 20. IX.44
Refugio antiaéreo para el personal de TWL.

Construido por los presos:
N º 121313 Jankowiak Bronisław de Poznań
130208 Dubla Stanisław de Laskowice, provincia de Tarnów
131491 Jasik Jan cerca de Radom
145664 Sobczak Wacław de cerca de Konin
151090 Czekalski Karol de Łódź
157582 Bialobrzeski Waldemar de Ostroleka
A 12063 Veissid Albert de Lyon (Francia)
Todos con edad de 18 a 20 "

Bronisław Jankowiak Autor de la nota. Nació en Poznan el 5 de febrero de 1.926. Llegó a Auschwitz el 20 de septiembre de 1.944, por una falsa denuncia de que era judío. Se le asignó el número 121313. El 20 de septiembre de 1.944, mientras trabajaba en la construcción de un refugio antiaéreo de la SS, en el edificio de almacén y depósito (Truppenwirtschaftslager, TWL-ahora parte de la escuela en Oswiecim), cogió un trozo de un saco de papel de cemento y escribió en él los números de presos y los nombres de los siete prisioneros que trabajaban allí (tenía 19 años). Cuando se evacuó Auschwitz, fue enviado a Ravensbrück en Alemania. En abril de 1.945, fue enviado a Suecia por la Cruz Roja. Allí conoció a la también ex presa de Auschwitz María Czarnek, y se casaron, quedándose a vivir en Suecia. Tuvieron cuatro hijos. Bronisław murió el 21 de junio de 1.997, y María el 24 de noviembre de 1.999.

Wacław Sobczak: Puso la botella en el muro. Nació el 29 de septiembre de 1.923 en Wrąbczyn cerca de Słupiec en Wielkopolska. Detenido en su pueblo natal en abril de 1.943, fue enviado al campo de Żabików cerca de Poznan, desde donde fue trasladado a Auschwitz el 3 de septiembre de 1.943 en un transporte de 115 prisioneros. Estuvo en Auschwitz 18 meses. Cuando él y sus compañeros escondieron la botella en la pared, tenía 19 años.
Hoy día tiene 86 años. Vive en las cercanías de Lodz, casado y con una hija.
Declaró: "Yo tenía 19 años. La vida en el campo era terrible. Todo el mundo sabía que nos podían matar en cualquier momento sin ninguna razón. Creíamos que no íbamos a sobrevivir en ese infierno, así que uno de nosotros escribió nuestros nombres y números de presos en un trozo de papel, y coloqué la botella con el mensaje en el búnker, que construimos en 14 días. Queríamos que se quedara algo de nosotros mismos, aunque fuera sólo la botella"

Stanisław Dubla: Nació en Laskowice cerca de Lodz en 1.926. Llegó a Auschwitz junto con su madre y tres de sus hermanos (un cuarto hermano fue encarcelado en el campo de concentración para niños en la calle Przemysłowa en Lodz), porque su madre, Katarzyna, se metió en una discusión sobre un par de zapatos con una mujer alemana para quien uno de sus hijos trabajó como vaquero. Los hermanos sobrevivieron a la guerra. Stanisław Dubla fue transferido (probablemente el 28 de octubre de 1.944) a una rama del campo de concentración Flossenbuerg en Bohemia. Después de la guerra, regresó a su ciudad natal de Laskowice y trabajó como albañil en Czestochowa. Murió atropellado por un tren en 1.952. Cuando escribieron el mensaje, tenía 18 años.



Karol Czekalski: Detenido en el umbral de 1.943, junto con su hermano Antoni. Los alemanes les acusaron de pertenecer al Ejército clandestino de Interior (AK) movimiento de independencia, sus padres eran probablemente miembros del AK también. La Gestapo asesinó a su padre durante un interrogatorio en la cárcel en Anstadt str. en Lodz. Su madre, Józefa Czekalska, fue trasladada el 18 de septiembre 1.943 de la prisión para mujeres de Lodz a Auschwitz, donde se convirtió en el número 62664, y murió el 23 de noviembre gaseada . Antoni y Karol Czekalski fueron deportados de Lodz a Auschwitz el 17 de septiembre de 1.943. Un mes más tarde, Antonio fue trasladado a Buchenwald, donde sobrevivió hasta la liberación. En Auschwitz, Karol fue incluido en la escuela de albañiles para hombres jóvenes (Mauerschule). El 28 de octubre de 1.944, fue trasladado a una rama del campo de concentración Flossenbuerg en Bohemia, donde cayó gravemente enfermo de tifus. Fue liberado en mayo de 1.945. Hoy en día, tiene 83 años y vive en Lodz. El Archivo del Museo contiene una memoria de la posguerra de Karol Czekalski, en la que escribe que "los ingenieros, técnicos y maestros artesanos, Judíos en su mayoría franceses, nos enseñaron el oficio de albañil en el desván del bloque nº 7. Cuando llegó la primavera de 1.944, algunos de los "alumnos" fueron considerados como listos para ir a trabajar, y la mano de obra (Luftschutzbunkerbau) fue creada para construir refugios antiaéreos. "
Declaró: "Yo también estaba en el Bautrupp, pero nunca pensé que nuestra botella finalmente se encontrara. Estábamos tan asustados en ese momento que nos matan si ven el mensaje ".
"Hace mucho tiempo de todo esto, pero el descubrimiento de la botella ha despertado el espíritu de aquellos días de nuevo".



Albert Veissid: Es el único judío del mensaje. No recordaba la nota. Albert Veissid nació en Estambul en 1.924, y más tarde vivió en Lyon, Francia. Trabajaba como comerciante y músico. Fue detenido en julio de 1.943, y llegó a Auschwitz el 30 de mayo de 1.944. Dijo a los medios de comunicación franceses que no entiende por qué su nombre aparece en la lista. Recordó que, después de llegar al campo, siguió el consejo de un amigo y dijo que era albañil. Se le dio una asignación en la mano de obra de la construcción de un refugio en el edificio del almacén. Fue liberado del campo de concentración de Buchenwald, y siente ese día como un milagro: "Una semana más y yo no habría vuelto." Hoy Veissid está jubilado y vive al sur de Marsella.
Declaró: "Creo que me reuní con los cristianos polacos, cuyos nombres figuran en la lista de allí". Agregó que los presos actuaron a favor unos de otros. Los que trabajaban en el almacén robaban mermelada, que ocultaba para ellos. A cambio, recibía una porción adicional de sopa. Se pregunta si por eso su nombre y número aparecieron en la lista.

El destino de los otros dos presos que figuran en el mensaje, Jan Jasik y Waldemar Bialobrzeski, no se conocen.



Fuentes: Diario El País, Diario Bild, Memorial and Museum Auschwitz-Birkenau.

"La esperanza es el único bien común a todos los hombres; los que lo han perdido todo, la poseen aún" - Tales De Mileto

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22 Comentarios: (+añadir comentario?)

FABIA dijo...

Es emocionante Nikkita, siento verguenza porque a veces una se siente mal por cosas que en realidad apenas tienen importancia y estos jovenes supieron mantener la cordura y la esperanza aún sin saber que alguien algún dia encontraria la botella, con todo el simbolismo que que tiene ahora para las generaciones que llegamos despues. Como dicen en Radio La Colifata : el ser humano es extraordinario, pese a todo.
Besinos y gracias por otra apasionante historia.

Diana de Méridor dijo...

Que barbaridad, es terrible que para quitarse de encima a un enemigo o un rival con quien se sostenia cualquier clase de pleito o disputa, solo habia que acusarlo de ser judio, lo fuera o no.
Me da mucha lastima ese pobre hombre que despues de sobrevivir al horror acabo arrollado por un tren siendo aun tan joven. No se puede tener peor suerte.

Feliz jueves, madame

Bisous

Nikkita dijo...

Fabia, como se suele decir, la esperanza es lo último que se pierde. Estamos en nuestro derecho de sentirnos mal por cualquier cosa, importante o no, la diferencia es hasta donde dejemos llegar ese sentimiento. Me encanta tu alusión a Radio La Colifata.
Muchos Besos

Nikkita dijo...

Así es Madame, solo con caerle mal a tu vecino podías terminar recluido en un campo, aunque solo fuera "por si acaso".
El caso de Dubla efectivamente es dramático. Después de sobrevivir a semejante barbarie, acabar muriendo de esa forma.
Feliz día Madame, estoy ansiosa por saber vuestra siguiente intriga.
Besos.

José Luis de la Mata Sacristán dijo...

Resulta terriblemente doloroso el ver que un simple gesto como este de escribir una lista de nombres pudiera ser motivo de muerte... claro que estaban en un lugar donde la muerte no tenía motivos.

Nikkita dijo...

Como decían ellos mismos Jose Luis, "les podían matar en cualquier momento, sin ningún motivo", si una simple mirada podía ser un motivo, imagina una nota...

Gil de Luna dijo...

Que interesante, ese mensaje tanto tiempo enterrado pero como se dice "el pasado siempre vuelve" y gracias a eso y a tu labor nos llega este testimonio de quien había perdido toda esperanza menos la de que se supiera de su existencia. Como todos los días que tengo el placer de leerte un 10 por tu labor.
Saludos!!

Perikiyo dijo...

Tremenda historia. Si el Dr. Potr Macywinski define el hallazgo de la botella como un mensaje de esperanza, yo lo veo más bien como lo contrario. Escribieron el mensaje sabiéndose con un pie en la tumba. Es un gesto digno de quien ha perdido toda esperanza de sobrevivir. Y que eso lo hagan muchachos de 18 a 20 años, define muy bien la situación en la que se encontraban.

En cuanto a la venganza tras la discusión por un par de zapatos, es algo recurrente en situaciones de guerra. Durante nuestra guerra civil también hubo venganzas así. Con sólo acusar a un vecino de "rojo" o de todo lo contrario, ya valió para acabar con la vida de mucha gente. El ser humano puede ser extraordinario, pero también puede ser despreciable.

Incansable Nikkita, muchos besos.

Nikkita dijo...

Gracias Gil de Luna, al menos para las dos personas que no salieron del campo, se cumplió el fin con el que escondieron la botella.
Saludos

Nikkita dijo...

Wow Perikiyo... touché... efectivamente puede verse desde los dos prismas: un mensaje de esperanza, de ser recordados, y un mensaje de desesperación, por no salir vivos de allí.
Cualquier situación de conflicto puede sacar lo mejor y lo peor de cada uno.
Gracias por tu aportación.
Muchos besos

meg dijo...

Es como un viaje en el tiempo a través de la botella. ¡Qué impacto descubrir dentro un mensaje, como los que surcan los mares dentro de otra botella!. Magnífico reportaje, Nikkita. Nos sosprender cada día más. Enhorabuena.

felix dijo...

Hola, estimada Nikkita.

Conocia esta Historia, pero no sabía nada de los protagonistas de ella. Y tu nos los has acercado. Como siempre le pones nombre y rostro a aquellos que sufrieron el Holocausto.
Mis felicitaciones

Muchos besos

oscar dijo...

espeluiznante.

Horrible, Como dice Fabia, A veces siento verguenza a jena tambien por estos hechos

Nikkita dijo...

Gracias meg, lo triste es que el viaje sea tan terrorífico.

Nikkita dijo...

Gracias Felix, de eso se trata, de poder poner nombre a todos aquellos que de otra forma no lo tendrían, y el rostro, desgraciadamente no de todos queda documentación.
Muchos besos

Nikkita dijo...

Es para sentirla Oscar.
Un beso

Chesana dijo...

Algo que me ha sorprendido es que se descubriera por casualidad y no porque alguno de los cinco supervivientes hubiera contado algo. Es curioso.

Espléndido relato.

Nikkita dijo...

Cierto Ches, pero la gran mayoría hizo lo posible por olvidar incluso esto.
Un saludo

ANRAFERA dijo...

Gracias por exponer estos interesantes artículos, que son retazos de ese tiempo cruel y barbaro que no debería de haber ocurrido. Saludos.

Nikkita dijo...

Gracias a ti por pasar a leerlo, Ramon. Gracias a vosotros es como podemos conseguir que no se olviden.
Saludos

Carmela dijo...

Qué actitud maravillosa la de estos jóvenes.Quisieron dejar un testimonio de vida pensando que su destino irreversible era la muerte.
"La esperanza nace de la desesperanza".
Es cierto que el descubrimiento de la botella parece una especie de semblanza simbólica.
Al presentar los nombres y las imágenes de los protagonistas les rindes homenaje.
Muy bueno!

Nikkita dijo...

Hola Carmela, muchas gracias! :), muchos de ellos pensaron cómo dejar testimonio de lo que sucedía para que todos lo supieran, convencidos de que no lo podrían contar y de que los nazis borrarían las huellas.
Un beso.

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