Alfonso Maeso Huerta II

Antes de su llegada a Mauthausen.

Hijo de una familia liberal, burguesa, y apasionado del fútbol, se escapa de casa con 17 años para alistarse en el bando republicano en la Guerra Civil española, luchando primero en Pozoblanco, y después en Lérida, donde sobrevivió a una herida de bala, Tarragona, Barcelona, y finálmente en Huesca.

Finalizada la Guerra Civil, se dirige a Francia, a pié, al exilio, en febrero de 1.939, junto a medio millón de exiliados más.

El 10 de febrero de 1.939, llega a La Tour de Carol, siendo trasladado junto con miles de personas, al campo de refugiados. Campo que era de transición, donde vive, con la ración de comida diaria que les daban y bajo improvisadas tiendas de campaña más de 11 dias.

Tras negarse a volver a España, es trasladado en tren al campo de Mazères, donde, aunque las condiciones fueron duras, jamás pasó hambre ni sufrió torturas, y estuvo varios meses.

A continuación, fué trasladado a Le Vernet dÁrriege, donde mejoró notablemente su calidad de vida, durmiendo en literas dentro de barracas, y donde dejó de sentirse prisionero de guerra.

Allí, intentó formar parte del cupo de deportados españoles a los que permitirían salir hacie México y Venezuela mintiendo sobre su edad, pero sin éxito, y se mantuvo trabajando en el Campo, descargando pan.

Tras 4 meses, fué trasladado de nuevo. Esta vez a Septfonds, último campo de refugiados francés en el que estuvo.

Este campo estaba peor preparado que el anterior, con lo que las condiciones eran más duras, y estando allí supo del comienzo de la segunda Guerra Mundial.

Pronto los efectos de la Guerra se dejaron sentir, y los internos fueron presionados para alistarse en el ejército galo, por lo que se acabó alistando en septiembre de 1.939, con destino al norte del país, con la función de trabajar en la construcción de la Línea Maginot. Destinado en la compañía 59, a 30 kilómetros de Dunkerque, es fichado por un equipo de fútbol formado por los trabajadores, hecho que le evitó tener que ir a trabajar en la construcción de la línea defensiva.

En abril de 1.940 las tropas alemanas cercan su posición y se ve obligado a salir dirección Dunkerque. Al llegar a las playas, junto a militares ingleses y franceses, es arrastrado a un callejón sin salida ya que los ingleses no pudieron rescatarles.

Tras 8 días en las playas eludiendo las bombas, es capturado por los soldados alemanes, y tiene que marchar con destino Alemania, atravesando Belgica a pié, embarcando en Holanda en la bodega de un carguero, y de nuevo a pié por Alemania.

Durante los siguientes meses, pasó por infinidad de Campos antes de volver de nuevo a Francia, donde fué alojado junto al resto de españoles en unas barracas apartadas hasta que la delegación española, enviada por Serrano Suñer, llega para dar carta blanca a Hitler para hacer con ellos lo que quiera.

En ese momento, son informados de que van a ser enviados a un nuevo Campo para trabajar como civiles, les dan un "menú especial" para alimentarse, y parten al viaje definitivo, el que les llevó al Campo de Exterminio de Mauthausen.