En Auschwitz, en el marco de horror que le hizo ser el emblema del horror nazi, también se dieron algunos paréntesis de alegría y pequeñas victorias de los presos. Uno de estos momentos fue la única boda que se dio dentro del campo, la del preso austriaco Rudi Friemel y la española Marga Ferrer.
Margarita Ferrer, madrileña, había luchado en la Guerra Civil con 20 años, y durante la lucha se enamoró de una miembro de las Brigadas Internacionales, Rudolf Friemel.
En 1.939, junto con el resto de republicanos, ambos huyeron a Francia, al exilio, se separaron y reencontraron en varias ocasiones, en diferentes campos de refugiados, y en 1.941 tuvieron un hijo. En julio de ese mismo año, cuando intentaban huír a Viena a casa de los padres de Friemel, fueron detenidos en la estación de Vierzon, junto a su bebé.
Rudolf fue enviado a Auschwitz I, donde trabajó como mecánico en el garaje de la SS, y Margarita fue enviada a un campo de trabajos forzados en la Selva Negra, hasta que encontró refugio en casa de los Friemel.
Estando en Viena, Margarita supo que Rudolf había conseguido un puesto de dirigente en la rudimentaria resistencia de Auschwitz y que había pedido permiso a las SS para casarse con ella, para que el niño pudiera llevar su apellido, y para asombro de todos, el 6 de marzo del 44, un año después, Margarita recibió un telegrama requiriéndole para que se dirigiera a Auschwitz con el padre y el hermano de Rudolf en calidad de testigos, a casarse. Puede que fuera un momento de debilidad y humanidad o un acto de cruel cinismo por parte del régimen nazi...
El 18 de marzo de 1.944 por la mañana, llegaron a Auschwitz con la novia vestida con un vestido negro y una camisa blanca prestada, y llevando consigo a su hijo Edouard, que por entonces tenía ya tres años. A Rudolf le dejaron un traje.
La ceremonia se celebró, a las 11 de la mañana, en una gran oficina vacía del Registro, en la que normalmente se preparan los certificados de muerte de los presos, con archivadores que tapaban el muro, una mesa grande en el centro, y tres filas de bancos enfrente. Un grupo de SS se colocó a los lados y la espalda del grupo nupcial, y un oficial SS leyó los ritos matrimoniales, que Rudolf le traducía a Margarita al español. Rudolf sacó dos anillos, firmaron, y terminó la ceremonia.
Un preso que trabajaba en el Erkennungdienst, Wilhelm Brasse, pudo tomar fotografías, autorizadas, que se conservaron junto con las tarjetas de invitación que los compañeros de Rudolf diseñaron y dibujaron en cartulinas gruesas, autorizados también.
Margarita y Rudolf pudieron andar con libertad por el campo, vacío, escoltados por la orquesta que tocaba la marcha nupcial, y en ese momento, según recordaba Margarita, vieron un destello el uno en los ojos del otro de triunfo sobre la muerte.
Esa tarde Rudolf pudo jugar con su hijo, y después la pareja habló largo y tendido, momento en el que Rudolf le mencionó a Margarita la cámara de gas y los miles de personas que moría allí cada día.
Al acabar el día, la pareja pudo pasar un tiempo en una de las piezas del barracón 24, el que se utilizaba como prostíbulo, y se dispusieron dos habitaciones, una para la pareja y su hijo, y otra para el padre y el hermano de Rudolf.
Los presos habían recibido el encargo de prepararle el desayuno a la pareja de novios, y al amanecer llegó el momento de separarse. Rudolf pensaba que no se volverían a ver, pero prometió luchar hasta el final. Se besaron en la puerta, y Rudolf se dio la vuelta con los hombros hundidos sin mirar atrás.
Nueve meses después, en diciembre, Rudolf y otros cuatro presos que habían intentado fugarse fueron capturados, y ahorcados con la ceremonia habitual, y ésta, fue la última ejecución pública de Auschwitz, liberado el 18 de enero.
Tras la muerte de Franco, Margarita volvió a España, pero solo de visita pues su hogar ya estaba en Francia y se había vuelto a casar con Francisco Suárez en 1.956, un refugiado como ella, y superviviente de Mauthausen.
Margarita murió en París la nochebuena de 1.987.
Fue el único caso en el que se permitió casarse a un preso en un campo.
La foto de familia la tomó Wilhelm Brasse en el estudio fotográfico de Auschwitz, y es propiedad del Auschwitz Memorial.
Erich Hackl se basa en esta historia en su libro: Boda En Auschwitz.
En una nota de despedida a Margarita, Rudolf escribió: "Esperaba volver a veros a ti y a mi querido hijito, pero no podía abandonar la lucha. Me era imposible. Y ha llegado mi hora. No me siento triste, y tú tampoco debes estarlo, mi dulce mujercita. Cuando acabe la guerra volverás a España. Cuida de nuestro hijo. Haz de él un hombre y un luchador. Y mira al futuro para poder olvidar estos tiempos desdichados. Mis últimos pensamientos serán para ti".
Edouard Friemel llegó a ser profesor de psicología en la Universidad de París VIII.
Fuentes: Españoles en el holocausto; David W. Pike, Auschwitz Memorial
Fuentes: Españoles en el holocausto; David W. Pike, Auschwitz Memorial
" Por conservar la libertad, la muerte, que es el último de los males, no debe temerse." - Marco Tulio Cicerón
57 Comentarios: (+añadir comentario?)
Me ha dejado destrozada.
Con lo bien que comenzaba yo tenia la esperanza de que el titulo se refiriera a dos casos diferentes, y que el matrimonio pudiera reunirse al final. Que crueldad tener solo un dia para estar juntos. Al menos tuvieron ese dia, y es cierto que fue desconcertante que lo permitieran.
Pero aunque terminara tan mal la historia, me ha gustado mucho la entrada.
Buenas noches, madame
Bisous
Touching story !!!
Unique ..
Madame, lamentablemente las dos cosas estaban unidas, la única boda autorizada en los campos con la última ejecución de Auschwitz, y con una española relacionada... Cierto que al menos les permitieron ese día, y "a solas".
Buenas noches madame.
Besos.
Right Anya, it's tender and sad.
Wellcome!
Pensaba que para una boda que autorizaron, por lo menos hubiera tenido un final feliz. Y justo, todo lo contrario.
Pero pudieron disfrutar de su momento, hacer un paréntesis breve y ser felices por unas horas. Que en las circunstancias en las que estaban, ya era mucho.
Un abrazo
Hola Nikkita, triste y con nombres y apellidos, a pesar de ser una bella historia de amor. Margarita me recuerda mucho a mi madre en la segunda foto. Mis padres también se casaron el 44.
Me los imagino soñando con el futuro, haciendo planes entre encuentros y separaciones.
Besos Nikkita y buena semana
Un momento feliz dentro de su penosa vida. Para Rudof seguro que fue el mejor día de su existencia...
Después, la barbarie nazi acabó con todo el futuro de la pareja. Como hizo con tantos otros.
Un saludo!
Hola querida Nikkita,
Increíble pensar en una boda en ese infierno...
Cariños
Elisa, Argentina
¿Es posible que aquellos bárbaros tuvieran un gesto de humanidad?. Parece increíble. Buena entrada, Nikkita. Un beso y feliz semana.
Hola y buenas noches..
Una historia estelar la que nos traes, no la conocía y me ha encantado leerla. Gracias por compartirla Nikkita.
Bellos sueños...
Hola amiga!
Que historia, lastima que como tantas otras no acabo bien. Yo al igual que otros pensaba que al final de tanto sufrimiento se reencontrarían.
Al menos les dejaron casarse y por un tiempo disfrutar de algo de esperanza dentro del horror.
Un testimonio único como todos los que nos regalas.
Por cierto, es un poco de tiempo he colgado la entrada con Pothast, espero que el cuadro que elegí sea de tu agrado.
Un beso enorme y que empiezes genial la semana.
Marga.
Hola gata, efectivamente ya era mucho que les dieran un dia y una noche. El final feliz, en aquellas circunstancias... quizá es mucho pedir.
Un abrazo.
Hola Katy, no se si realmente llegaron a hacer muchos planes desde el momento en el que los capturaron. Cuando se casaron, él ya sabia que no se volverían a ver.
Feliz semana. Besos.
PAblo, posiblemente lo fue para los dos, pero era muy difícil por no decir imposible que tuvieran un final feliz.
Un saludo
Hola Elisa, impensable, pero real, fue la única....
Besos.
Hola meg, no se sabe si fue un gesto de humanidad de algunos, o un gesto cruel más...
Gracias meg, besos!.
Balovega, gracias a ti por pasarte :), encantada de tenerte por aqui, lo sabes.
Que descanses, buenas noches.
Marga, si que es una historia única.
Ya pasé por tu blog y te dejé el comentario, sigo impresionada de que hayas acertado 100% con el cuadro!!!.
Buen inicio de semana, guapa!. Besos fuertes.
No hay finales felices cuando falta la libertad.
Relata tan triste como impresionante.
Besitos guapa, y nos vemos pronto¡¡¡
A Salto De Mata
Así es Miguel, podía haber sido feliz si no les hubieran capturado o no hubieran intentado escapar, pero....
Besitos, y sip, nos vemos en breve :)).
Buen inicio de semana.
Sin palabras, Nikkita. Muy emotivo. Como todas tus entradas, recordando la terrible historia del holocauto. Un millón de besotes. Y un snif.
que triste... no se que decir
Se me pone la carne de gallina. Horrible desenlace para él, pero tremenda historia de amor en unos tiempos poco propicios para ello. Siempre lo digo: gente que está hecha de un material especial.
Un saludo.
Nunca pensé que este relato me dejaría tocado, no tengo palabras.
Saludos
Muchas gracias Robert, si es una historia emotiva, pero es una muestra más e que había momentos "humanos"...
Montones de besotes con una gran sonrisa.
Oscar y Miguel Angel, al menos él murió por hacer lo que creía correcto, consiguió lo que quería, casarse para darle el apellido a su hijo, y ella rehízo su vida.
Besos a ambos.
Cierto Cayetano, lo has dicho varias veces, y siempre suscribo tus palabras, es gente de una pasta especial, y los demás tendríamos que vernos en su pellejo para saber si seríamos capaces...
La historia es una gran historia de amor que parece increible que pudiera existir en ese momento...
Un saludo
Me quedaré con las palabras finales que son las que dan sentido a esta historia.
Hola Nikkita: la historia de hoy es muy emotiva, el relato sobrio, como corresponde a la historia. Tan protagonista como los enamorados es el niño, parece que su futuro pesó en el ánimo de los padres. Enhorabuena y un abrazo.
Miguel, como les digo a Oscar y Miguel Angel, él intuía que no la volvería a ver cuando se casaron, y murió por algo que él creia correcto trabajando para la resistencia.
Besos.
Hola Carnets, me alegra verte de nuevo :). Cierto que el niño es igual de protagonista, pues lo hicieron pensando también en él.
Gracias!!.
Un abrazo.
Nunca puedo escribir lo que pienso, se me pone un nudo en la garganta y una nube en los ojos, ¿una boda? y después ¿Qué? Dolor y más dolor, muerte, sobre muerte, claro que a lo mejor hay que dar las gracias por ser esas las últimas ¿pudo ser? ¡¡¡Qué tristeza!!!
Besos querida amiga
Higorca, para ellos la boda era importante, al menos eso lo pudieron cumplir, y aunque solo fuera por un día, tuvieron la sensación de haber ganado algo...
Muchos besos.
Menudo contraste¡ se casaron donde "se preparan los certificados de muerte de los presos". Que pena que durara tan poco su Felicidad. Feliz Semana. Saludos cordiales.
Bonita historia con un triste final de nuevo.
Mirando la foto superior izquierda (supongo que debe tratarse de día de la ceremonia) reflejan ambos una expresión realmente amarga.
Buena historia una vez más, Nikkita...
Molts petons! ;D
Ramón, al menos les dejaron una oficina.... pero sí, la escogieron con gusto...
Feliz Semana. Saludos cordiales
Hola Joanfer, si, las dos fotos son de ese día sacadas en el estudio de Auschwitz.
Muchas gracias!
Molts petons, bona nit ;D
¡¡Articulazo!!
Enhorabuena
Para ti http://elmiradordelared.blogspot.com/2010/04/premio-rincess.html
XX-XY, gracias!!, por tus palabras y por pararte a comentar :).
Saludos
Oskar, voy para allá.
Me he quedado deshecho. Nos has traído una historia desgarradora.
La nota de despedida es toda una lección. Cuánta vida puede haber en una muerte.
Siempre te superas.
Besos, Nikkita.
Perikiyo, muchas gracias!!!, pero siento que te quedes deshecho....es una historia tierna, dura, y una lección de fortaleza. Me quedo con tu frase que me ha impactado: Cuánta vida puede haber en una muerte.
Muchos besos.
Enhorabuena por tu articulo , vamos como todos los que publicas, me ha conmovido. Gracias por estos regalos que nos haces.
Buen fin de semana jejejejeje
Muchas gracias Socalze!!, jajaja.. el fin de semana fue bueno, si... desde el jueves... :))).
Que tengas buena semana. Besos.
Que historia más triste... jolín morir tan cerca ya del final de la pesadilla...
Hola Jose Luis, probablemente ellos ni se esperaban que la liberación estuviera a la vuelta de la esquina, si lo hubieran sabido, no creo que hubieran intentado fugarse sabiendo las consecuencias que aquello tenía....
Saludos
Sue como un rayito de luz en la oscuridad. Besos. Nela
Nada puede terminar feliz bajo los brazos, del que cree que tiene el poder.
Así es Nela, al menos para ellos y los presos que les rodeaban.
Besos.
Oskar, en la mayoría de las ocasiones así es, aunque alguna historia con final feliz ya hemos visto por aquí.
Saludos
Como le tengo por una entendida en la persecución nazi, me atrevo a solicitarla a usted o a cualquiera de sus numerosos lectores, sobre si tienen información sobre la estancia en España del Padre Jakob Gapp, guillotinado en Alemania en 1943.
Salud y Amistad
El Chouan Ibérico
http://www.elgritodelalechuza.blogspot.com
Hola Chouan, entendida no soy en nada :)), y no tengo la información que preguntas, pero voy a intentar conseguírtela.
Saludos.
Qué truste y bella historia de amoe, me queda claro que el amor está por encima de todo, incluso de la libertad.
Qué bonito ver que incluso en Auschwitz existieron momentos maravillosos para esas dos personas.
Preciosa entrada Nikkita, un besazo,
Hola Ross, la verdad es que sí, es alentador ver que entre tanto horro, aún les quedaban fuerzas para disfrutar dentro de sus posibilidades ese tipo de momentos.
Muchas gracias :)). Un besazo.
Conmovedora historia.
No la conocía.
Lamento la muerte de Rudolf.
Qué lástima que no pudo disfrutar la libertad!
Carmela, gracias por comentar. Si es una historia emotiva, y una lástima que no pudieran disfrutar de ello.
Saludos.
Publicar un comentario