No hay muchos datos de la biografía de Secundina Barceló, ni fotos públicas, pero dejó su testimonio a Neus Catalá, otra superviviente de los campos de concentración, para el libro que ésta publicó junto al testimonio de otras 49 mujeres españolas, "De la Resistencia y la Deportación".
Secundina Barceló entró en Francia en febrero de 1.939 junto a otros miles de republicanos españoles que marchaban al exilio, por la frontera de Puigcerdá. Fue internada un par de días en un hangar de la estación de La Tour de Carol, junto a otras mujeres, niños, y hombres de edad avanzada, y de allí fue trasladada a Los Andelys, alojándose en una antigua cárcel de menores, hasta junio de 1.940, que huyó junto al resto de la población, de las tropas alemanas, acabando finalmente en París.
Tras pasar unos días alojada en un "garaje de asilo", fue albergada junto a un numeroso grupo de españoles en el cuartel Les Tourelles donde su compañero, Rafael Salazar, entró en contacto con José Miret, uno de los dirigentes españoles de la MOI (Mano de Obra Inmigrada - Main d’oeuvre immigrée), y comenzó entre los españoles en el cuartel un trabajo de organización, distribución de octavillas y prensa clandestina. Secundina trabajó de enlace, y repartiendo diarios, hasta enero de 1.941 que se trasladó a Orleans, realizando allí las mismas actividades, pero a mayor escala.
En enero de 1.942, Rafael Salazar es enviado a la Bretagne, y Secundina queda sola en Orleans con su hijo de 9 años, con lo que trabaja, cuida de su hijo, y sigue colaborando con la resistencia, haciendo de enlace, distribuyendo la prensa, y poniendo a disposición de la organización clandestina su habitación para reuniones de los dirigentes de la MOI y de los maquis, y para ocultar a perseguidos hasta que se les podía trasladar a zonas no ocupadas.
Su buhardilla se utilizó como depósito de prensa, de octavillas anti nazis, y a veces armas y municiones.
Alguien que estaba al tanto de sus actividades y que trabajó en la resistencia, fue detenido, y para librarse, la denunció. El 19 de julio de 1.944 es detenida por agentes de la Gestapo que irrumpen en su casa. Hicieron un registro general e incautaron la prensa, las octavillas, y lo que encontraron de valor. La resistencia pronto supo que había sido detenida, por lo que tomaron medidas para que ninguno de sus compañeros cayera en las redes de la Gestapo.
Llevaron a Secundina a las oficinas de la Gestapo en Orleans, y la tuvieron 15 días de interrogatorio intentando que declarara los nombres y direcciones de los responsables de la resistencia, a base de palizas y vejaciones. Durante ese tiempo, otros compañeros habían sido detenidos, y cuando por fin permitieron a Secundina salir al patio, estaba tan desfigurada que sus compañeros la reconocieron solo por sus zapatos.
A primeros de agosto de 1.944 es trasladada a la cárcel de Fresnes, donde estuvo hasta el 15 de agosto, momento en el que es deportada al campo de concentración de Ravensbruck, tras 7 días y 7 noches de viaje en un vagón de mercancías.
Pasó la cuarentena en Ravensbruck, y le asignaron trabajar transportando arena de lado a otro con el único alimento de la "sopa" del mediodía.
Tras un tiempo en el campo, es trasladada de nuevo, a un comando a Torgau (ciudad donde al final de la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense se encontró por primera vez con el ejército soviético durante la invasión de Alemania) a trabajar en el bosque, tras 4 días de viaje. Estando en Torgau, los alemanes pidieron voluntarias para trabajar en la fábrica de material de guerra, pero al negarse la mayoría de ellas, escogieron a 250 mujeres, entre las que estaba Secundina, y tras otros 4 días de viaje, fueron llevadas a Abteroda, a trabajar en la fábrica.
En Abteroda estuvo unos meses, y de nuevo es trasladada, esta vez al campo de Markleeberg, donde trabajaba de día con un pico y una pala, y por la noche como refuerzo en la descarga de vagones de carbón.
Cuando los aliados comenzaron el avance, los nazis decidieron evacuar el campo llevando a todas las prisioneras caminando por la carretera en dirección a Checoslovaquia, pero tras varios días de marcha, Secundina y otras 3 compañeras consiguieron escapar atravesando bosques y caminos, hasta dar con un campo de trabajadoras voluntarias que les dieron de comer y las escondieron hasta la llegada de las tropas soviéticas 8 días después.
Tras la llegada de los soviéticos, las 4 fugitivas volvieron a ponerse en marcha hasta llegar a un hospital de campaña americano, donde permanecieron unos días hasta que fueron trasladadas a Francia, llegando a París a finales de 1.945, y siendo acogidas en el hotel Lutetia.
Tanto en Torgau, como en Abteroda y Markleeberg, era la única española, por lo que colaboró con la resistencia junto a sus compañeras francesas, participó en sabotajes y ayudó a las presas más débiles o castigadas, y sobre todo daba apoyo moral a quienes caían en la desesperación y perdían las ganas de continuar con la lucha. Este apoyo permitió en la mayoría de los casos recuperar fuerzas, sobre todo morales, y resistir hasta la liberación.
"Tres facultades hay en el hombre: la razón que esclarece y domina; el coraje o ánimo que actúa, y los sentidos que obedecen." - Platón
30 Comentarios: (+añadir comentario?)
Las mujeres on a menudo las olvidadas d elas guerras, pero hay casos en que nos ofrecen increible shistorias de coraje y resitencia como esta. Maravillosa la frase final de Platon.
Hola Nerea, si que lo son, pero hay unas cuantas historias de las que han quedado testimonios.
Saludos
Que pobre mujer. Me estremece pensar en cómo quedaria para que tuvieran que reconocerla por los zapatos. Que salvajada. Pero ella fue otra de esas personas dotada de una fortaleza singular y capaces de sobrevivir a todo en las condiciones mas penosas. Me imagino su huida a traves de los bosques, mezcla de temor por ser capturadas de nuevo y de esperanza al ver cada vez mas cerca la liberacion. Reconforta saber que lo consiguio.
Feliz dia, madame
Bisous
Por fin , un ratito para descansar y ponerme al tanto de todo. Increibles historias humanas que nos encogen el corazón. Hombres y mujeres que pasarón por las peores situaciones imaginables.
Un placer recordar contigo y aprender tanto.
Un beso!
Ya tuvo mala suerte, unas semanas más y los aliados ya hubieran llegado a París...
Como bien apuntan en otros comentarios la labor de las mujeres ha sido poco valorada.
Madame, la Gestapo no se "andaba con chiquitas", y aun con todo para ella lo más importante era no ceder, y no lo hizo, con lo que si tenia una gran fortaleza.
Feliz dia, madame.
Besos
Gil de Luna, gracias por tu visita. Espero que vaya todo bien.
Un beso
Jose Luis, tu has puesto hoy un buen ejemplo de ello. Como te he dicho, pasa casi a ser lo habitual.
Besos
Querida Nikkita...
Las denuncias por parte de "chivatos" inmpresentables estaban a la orden del día. No tenemos más que fijarnos en el destino de Anna Frank, denunciada por alguién de su entorno. Me agradó conocer la vida de esta mujer, que se dejo el "pellejo" en pos de la causa anti-nazi. Otro ejemplo de grandeza.
Muchos besos
Querido Felix, por un lado estaban los "chivatos", que denunciaban por cualquier motivo, real o no, y por otro aquellos que no soportaban los interrogatorios y a cambio de la "libertad" daban toda la información a la Gestapo, que fue el caso de esta mujer.
Muchos besos
Tanto en Torgau, como en Abteroda y Markleeberg, era la única española, por lo que colaboró con la resistencia junto a sus compañeras francesas, participó en sabotajes y ayudó a las presas más débiles o castigadas, y sobre todo daba apoyo moral a quienes caían en la desesperación y perdían las ganas de continuar con la lucha. Este apoyo permitió en la mayoría de los casos recuperar fuerzas, sobre todo morales, y resistir hasta la liberación. Tuvo que ser una gran mujer.
Besos amiga Nikkita, ya ves ante esas fotos del horror cierro los ojos, pero no el corazón.
Querida Katy, no se me ocurre pensar que tu cierres el corazón, es imposible. Si creo que fue una gran mujer.
Muchos besos
Ay Nikkita, qué duro testimonio.
Gracias, gracias
Cariños
Elisa, Argentina
Gracias a ti Elisa.
Cariños y besos.
Como siempre, el trabajo de las mujeres queda poco valorado. Una verdadera luchadora.
Así es Oscar.
Besos
Tan valiente ella como cobarde el que la delató. En situaciones tan límite como éstas sale a flote la esencia más profunda de cada cual. La Memoria me parece relevante e iluminadora para cada país y para el mundo, sobre todo cuando dicha memoria re-situa en el lugar que corresponde a tantas personas anónimas que, como esta mujer, hicieron historia y dejaron un legado de enseñanzas para todos nosotros.
Me da mucha pena leer sobre estos temas, me invade una sensación de desolación muy grande y entonces tengo que luchar conmigo misma para encender nuevamente la confianza y el compromiso con la especie humana. Sin embargo, se que es importante saber, no olvidar y educar a nuestro entorno más cercano, precisamente para contribuir aunque sea con un grano de arena, al mejoramiento de la humanidad. Tu blog, en tal sentido, es un fenomenal aporte.
Un abrazo!
Gracias por exponer tan buenos artículos. Saludos.
Gracias Eva. Por un lado, es cierto que hay que educar a nuestro entorno más cercano, para que con ese conocimiento se pueda mejorar algo, pero por otro, estas personas no dejaron de pasar un "calvario" por el que creo que también deben ser conocidas. Como dices, sale a flote la esencia más profunda, para lo malo, pero tambien para lo bueno, no pierdas esa confianza.
Un abrazo.
Gracias a ti por la visita Ramon.
Saludos
Una mujer muy valiente, para aguantar semejante paliza y vejaciones...
No sé cómo pudieron aguantar con tan solo la sopa boba del mediodía y tanto trabajo forzado, parece increíble.
Una historia de una mujer con coraje.
Un abrazo
Cierto gata, increíble pero cierto, es el resultado de la fuerza interior.
Un abrazo
Lo que sufrió esta mujer.
Me pregunto qué pasaría con su hijo cuando fue detenida.
Ese es uno de los aspectos más horrendos del holocausto: la cantidad de personas que se vieron separadas de sus hijos. Como padre, sólo pensarlo, me da escalofríos.
Gracias por otra instructiva entrada.
Muchos besos, Nikkita.
Hola Perikiyo, su hijo lo cuidaron sus compañeros de la resistencia hasta que la liberaron, pero llevas razón, hubo muchos casos que no fueron así.
Muchos besos.
Me fijo en la frase de Platón: en este caso es el coraje y, en ultima instancia, los sentidos que obedezcan. La razón puede flaquear. Pero si no lo hace el coraje y los sentidos responden, se puede sobrevivir.
Heroica mujer esta Secundina, y fuerte, lo suficiente para soportar y sobrevivir a las torturas que tuvo que padecer.
Nikkita, sigues dándonos muestras de lo que es el valor. Gracias.
Hola meg, la razón creo es igual de necesaria para sobrevivir.
Gracias por la visita.
Un beso
NIKKITA
Mais uma semana.
mais poesia.
Mais um beijito para ti.
Fica bem e vou estando por aqui
Gracias Lili. Muchos besos
Impresionante. Es de esos relatos que mientras los lees te vas encogiendo.
No cambies.
Un fuerte abrazo.
Gracias Ches. Lo mismo te digo ;).
Un fuerte abrazo
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