Ramón Bargueño Gómez nació en Recas (Toledo) el 31 de agosto de 1.916. Vive una adolescencia tranquila, y se une a las Juventudes Socialistas en 1.934, abandonando Recas cuando estalla la Guerra Civil, en 1.936. Combate en el bando republicano, es herido en combate, y consigue recuperarse y cruzar la frontera con Francia en febrero de 1.939.
Una vez en Francia, es internado en los campos de exiliados, donde conoce a Francisco Boix, y entabla amistad con él. Cuando llega el momento del cierre de los campos por los franceses, opta por unirse a una C.T.E., la misma en la que estaba Boix, hasta que ambos son capturados y enviados a Mauthausen (aunque no les envían al mismo tiempo).
Es deportado a Mauthausen el 3 de noviembre de 1.941, asignándole el número 3.183, y una vez allí, al Kommando Steyr, el comando que más víctimas españolas registra, tras Gusen y la cantera, situado a 20 km. del campo central, un comando que casi acaba con su vida. Al volver al campo central, llega en muy malas condiciones, pero se recupera gracias a la ayuda de algunos compatriotas, y comienza a trabajar en la administración. El 31 de agosto de 1.943 lo destinan al calabozo a prestar servicios de ordenanza, bajo el mando de Niedermayer, puesto que le permitió no pasar hambre, pero que le proporcionó mucho sufrimiento cuando supo que en los bajos de este edificio estaban situados el crematorio y el acceso a la cámara de gas, y allí permaneció hasta la liberación del campo. No tenía formación, por lo que su asignación fue una cuestión de suerte.
Cuando llegó al calabozo, le horrorizó sobremanera porque su primera visión fue el preso de la segunda celda de la derecha muriendo por las mordeduras de los perros, y poco después llegó el comando del crematorio y se lo llevó.
Allí se encontró con un compatriota, que trabajaba en el calabozo desde el año anterior. En un momento dado, comenzaron a tener problemas entre ellos y discutir a menudo. Una de estas veces, Ramón se puso furioso por la insistencia de su compañero de que él era el que mandaba allí y por su insensibilidad ante el sufrimiento de los presos, hasta que un ss les interrumpió, diciendo que estaba cansado de sus disputas, y que debían luchar, pero hasta el final, y el ganador seria el kapo, gano Ramón por su ventaja física, pero las disputas continuaron hasta enero del 45 cuando su compañero fue sustituido por otros dos españoles.
El trabajo en los calabozos consistía en limpiarle las botas a los ss, limpiar la sala de espera y los baños, recoger la comida de los ss y los presos del búnker, incluidos los ss presos eventualmente como medida disciplinaria, y llevar las ropas de quienes entraban en la cámara de gas al comando de desinfección. En su puesto tenia algunos derechos que le permitían moverse por allí.
Comía en el búnker, pero dormía en el barracón 12, por lo que tenia contacto a diario con otros prisioneros del campo, incluido su amigo Francisco Boix, gracias al que entabló relación con miembros de la resistencia del campo.
Ramón Bargueño fue uno de los miembros de la red clandestina en el campo de exterminio que colaboraron con Boix en la ocultación de las fotografías y en la salida de al menos una parte de la colección del campo. Su puesto de ordenanza en los calabozos, le proporcionó un lugar seguro para ocultar este material fotográfico que sería clave en los juicios de Nuremberg.
Las cocinas del campo estaban cerca de las cámaras de gas, y de vez en cuando, Ramón y algún deportado español más se acercaban para robar comida, pero un ss le sorprendió un día, y aunque Ramón pensó que le iba a pegar un tiro, el ss llamó a todos los presos que trabajaban en la cocina, les contó lo sucedido, y le impuso un castigo: le obligaron a tragarse cinco kilos de mermelada, lo que hizo que casi muriera de una indigestión. A partir de aquel momento, a Ramón Bargueño, sus compañeros le apodaron ‘Mermelada’.
El 5 de mayo participó en el desarme de los guardas vieneses del campo, antes de la llegada de los tanques americanos al campo.
Tras la liberación, se quedó a vivir en París, y dejó su testimonio en un libro: “Mauthausen. ¡Nunca más!”
Falleció el 5 de marzo de 2.003, en Bicètre (Val-de-Marne).
Según contaba el propio Ramón, “tuve la suerte de ser español, ya que los nazis torturaban más a los judíos y los rusos del campo. Con los judíos se ensañaban bastante, pero a nosotros nos respetaban más. También decían que éramos sus peores enemigos, pero no éramos chivatos y que, para distinguirnos, había que tener en cuenta que decíamos !ay, mi madre! cuando nos mataban!”. “Había que resistir el suicidio, no caer en la tentación, como les ocurría a los que se lanzaban contra las vallas electrificadas”
Foto Ramón Bargueño: XOÁN A. SOLER
"No reniego de mi lucha. Volvería, si fuera necesario, a empezar de nuevo y sufrir las mismas vicisitudes por defender en todo momento la democracia y la libertad" - Ramón Bargueño.
32 Comentarios: (+añadir comentario?)
Sí que tenia que ser dificil resistir al suicidio en esas circunstancias, con lo facil que es en un instante lanzarse contra esas vallas y acabar con todo.
Menos mal que no le pegaron un tiro cuando lo sorprendieron robando comida, porque por menos podia ocurrir. Y que mal situadas estaban las cocinas, madame! Que horror, no tendrian otro lugar donde ponerlas que al lado de las camaras de gas!
Feliz dia
Bisous
Bueno madame, según el mismo dice, el ss que le pilló ese dia "estaba de buen humor", y la situación de los edificios, para los alemanes no tenia la importancia que le damos nosotros.
Feliz dia, madame.
Besos
Qué lástima que un apodo "tan dulce" como Mwemelada le hubiera sido asignado por una circunstancia nada dulce. Resistirse al suicidio en medio de tanto horror sin duda tuvo que ser dificil. Admirable su reflexión final de tener tan claro que habria echo lo mismo por defender valores tan nobles.
Besinos.
Afortunadamente Fabia quedó en una mera anécdota, y gracias al apodo era recordado por muchos compañeros del campo que no le reconocían por su nombre.
Besinos
5Kgr de mermelada... que barbaridad... aunque mejor eso que unos gramos de plomo
Pues si Jose Luis, aunque casi le cuesta también la vida por una indigestión.
Saludos
Otro excelente artículo que describe para el bien de nuestros tiempos las penurias de esta persona.
Gracias Nikkita
Cariños
Elisa
Gracias a ti por leerlo Elisa :).
Cariños.
otra gran hombre, por suerte no todos murieron en los campos y pudieron aprotar pruebas para los juicios
Las pruebas fueron gracias a la idea de Francisco Boix de duplicar los negativos de las fotos, y del resto de compañero que le ayudaron a ocultarlas y sacarlas de allí.
Besos Oscar.
Es impresionante la cantidad de información que tienes. No voy a preguntarte por tus fuentes pero, si como imagino, son directas en muchos casos, tu experiencia de vida se estará enriqueciendo mucho.
De nuevo, enhorabuena
Miguel, unas son directas y otras son "búsquedas", pero en ambos casos es enriquecedor.... con cada historia saco una buena lección :)
Besos.
Nikkita...
Y que suerte tuvo en ser enviado a Administración, sin tener formación alguna. Con razón le llamaron el mermelada, no imagino tragar semejante cantidad de ella. Otro héroe anónimo para nosotros que ya deja de serlo gracias a tí.
Muchos besos
Así es Felix, él mismo dijo que había sido cuestión de suerte. La verdad es que yo tampoco me imagino tragando esa cantidad....
Muchos besos.
Me ha encantado tu rincón y lo que en él nos dejas..
Menudo relato no lo conocía.. Gracias por ello..
Un beso muy dulce
Gracias a ti por la visita CalidaSirena. Bienvenida.
Otro dulce beso para ti.
La frase que incluyes al final, del propio Bargueño, lo dice todo sobre el personaje. ¡Qué fuerza interior para resistir!.
Sigues enriqueciendo cada vez más tu blog, Nikkita. Feliz noche.
Así es meg, fuerza y convicción.
Feliz noche.
Cómo debía de ser la situación, para tener que mantener una lucha diaria contra la tentación del suicidio.
Una vez más, te tengo que dar las gracias.
Cada vez que leo tu trabajo, crezco un poquito.
Un beso, generosa Nikkita.
Hola Perikiyo, nadie está libre de pensar en la solución más fácil.
Las gracias te las doy yo a ti crack, crecemos juntos.
Muchos besos.
Nikkita, estuve en Mauthausen hace un año y medio... y sólo puedo decir que aquel lugar me dejó sin palabras...había mucho respecto por parte de las personas que estabámos por allí, y es que es un lugar sobrecogedor.
Fue duro y sólo estuve de visita. No puedo ni imaginar lo que debieron de sufrir las personas que estuvieron allí... es algo atroz.
Ante tal horror, el suicidio se me presenta casi como una salvación...
Vaya apodo le pusieron a tu protagonista... seguro q no tuvo formas de probarla cuando salió de allí.
Felicidades por este valioso trabajo que haces.
Un abrazo
Hola gata, yo aun no he estado en Mauthausen, pero he estado en otros campos, y es cierto el silencio y el respeto que se respira. No es posible imaginarse vivir aquello en primera persona.
Muchos besos
posiblemente yo hubiera cogido el camino facil, es decir el suicidio, pero claro todo lo que debe pasar por sus cabezas, sus recuerdos de los suyos, el dar por perdida totalmente tu vida anterior si te suicidas, hasta que no estas en su piel no sabes lo que harias, muy valiente
Nikita, tus historias nos acerca a estos héroes anonimos que ante el horror y sufrimiento dieron lo mejor de sí, no solo resistió Mermelada a todas las adversidades,sino que aportó su gran granito de arena para que se conozcan los hechos.
Un abrazo enorme ,iluminadra de hechos y de historias.
Amparo, puede que no... lo que es seguro es que hasta que no estás en la misma situación no sabes cómo vas a reaccionar.
Besos
Hola Clara, lo triste es que estos testimonios no sean conocidos la mayoria, pero ese granito de arena, como dices, está.
Un abrazo enorme.
Nikkita, tuve un despiste y se me pasó mencionarte. Ya he corregido mi error, puesto que ese abrazo también iba de forma especial para ti, porque me gusta leerte, me enriqueces. Siento mucho este pequeño fallo, ruego me disculpes.
Un abrazo enorme
Muy valiente por su parte lo de ocultar las fotos. La guerra esta llena de estas pequeñas historias que me paegra que nos descubras. Lo de la mermelada...Dios mio, rica esta, pero pobre hombre.
Hola gata, ya te he contestado... :). No hacia falta.
Muchos besos, con una abrazo enorme.
Jeje Nerea... que golosa, no se si este hombre la volvió a probar después.
Besos
Yo también conocí a este señor. Soy de ese pequeño pueblo de Toledo.Hoy cuando Mario Casas presentó su película recorde que había leído el libro y que me gustaría comprarlo.Imagino que han pasado 15 años y que será difícil hacerme con el libro.
Lo leí en su día porque un primo del autor me lo presto.
Yo también conocí a este señor. Soy de ese pequeño pueblo de Toledo.Hoy cuando Mario Casas presentó su película recorde que había leído el libro y que me gustaría comprarlo.Imagino que han pasado 15 años y que será difícil hacerme con el libro.
Lo leí en su día porque un primo del autor me lo presto.
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