Empiezo esta entrada, con el comienzo del artículo de Fernando Díaz Villanueva que me enviaba Gil de Luna: "Los héroes existen en todo tiempo y lugar, pero es en las guerras y allá donde se ceba la injusticia donde dan su verdadera talla. A veces hasta pasan desapercibidos y nadie sabe de su gesta durante años."
Hablamos de Angel Sanz-Briz, conocido como el Schindler español o el ángel de Budapest.
Nació en Zaragoza el 28 de septiembre de 1.910. Procedente de una familia de comerciantes y militares, estudió Derecho, y al finalizar, ingresó en la Escuela Diplomática en 1.933, concluyendo sus estudios poco antes de iniciarse la Guerra Civil española y, comenzada ésta, se enroló de voluntario en las tropas franquistas como conductor de camiones del Cuerpo de Ejército Marroquí.
Finalizada la guerra, obtuvo su primer destino como encargado de negocios en El Cairo. En 1.942, obtuvo su segundo destino, poco después de contraer matrimonio con Adela Quijano, también como Encargado de negocios (se encargaba de los negocios que los empresarios españoles pudieran tener en la zona), en la embajada española en Hungría, un Estado próximo al Eje, pero que no había puesto en práctica medidas de exterminio de los judíos como las que ya estaban en marcha en toda la Europa ocupada por los nazis. Llegó a Budapest con 32 años, y tuvo una vida relativamente tranquila, hasta marzo de 1.944, cuando Hitler decidió invadir Hungría. En cuanto se realizó la ocupación, el propio Adolf Eichmann se trasladó al país para supervisar los planes de deportación y eliminación de la comunidad judía húngara, que sumaba unas 750.000 personas.
Las deportaciones dieron comienzo con el despuntar de la primavera. Todos los judíos húngaros fueron obligados a registrarse, a bordarse en la solapa la estrella de David y, casi seguido, a embarcar en trenes de ganado que los llevarían hasta Auschwitz. En Hungría no hubo guetos. No fueron necesarios.
Mientras el Gobierno de Miklos Horthy fue obligado por Hitler a nombrar un gobierno pronazi encabezado por Döme Sztojay, el cuerpo diplomático se horrorizaba con las medidas antijudías. En la legación española, que no era ni mucho menos sospechosa de flirtear con los aliados, el encargado de negocios, Miguel Ángel de Muguiro, escribió a Madrid escandalizado por los registros, las palizas y los horrores practicados por los miembros de las SS. En Madrid, estaban al tanto de las intenciones de los alemanes en Hungría, porque un año antes, según consigna en una nota Fernando Díaz Villanueva, Federico Oliván, secretario del embajador español en Berlín, había escrito al ministerio de Exteriores, pidiendo permiso para ayudar a los pocos judíos que iban quedando con vida en el Reich: "Si España se niega a recibir a esta parte de su colonia en el extranjero, la condena automáticamente a muerte, pues esta es la triste realidad".
La colonia a la que se refería eran los judíos sefarditas, herederos lejanos de aquellos que fueron expulsados de España por los Reyes Católicos en 1.492.
Tanto Oliván en Berlín como Muguiro en Budapest habían rescatado un viejo decreto promulgado por Primo de Rivera en 1.924, en virtud del cual todos los que demostrasen pertenecer a aquella Sefarad errante, obtendrían de inmediato la nacionalidad española. Ocultaban que el efecto del decreto había expirado en 1.931, pero en Madrid no se acordaban y los nazis, no lo sabían. Muguiro se agarró a él para solicitar a las autoridades húngaras la protección de los sefarditas (Aunque en Hungría, sefarditas, lo que se dice sefarditas, había muy pocos).
Informando a Madrid del terrible futuro que esperaba a la comunidad hebrea, arriesgando su condición de diplomático, Muguiro, intercedió a favor de todos los judíos que pudo y se apropió de un cargamento de 500 niños, cuyo destino eran las cámaras de gas de Auschwitz, a los que les extendió un visado para enviarles a Tánger, que por aquel entonces era algo parecido a colonia española.
Este hecho y otros parecidos, hicieron que húngaros y alemanes se pusieran en su contra, y presentaran una queja ante su superior, que concluyó con el cese inmediato de sus funciones.
Tanto Oliván en Berlín como Muguiro en Budapest habían rescatado un viejo decreto promulgado por Primo de Rivera en 1.924, en virtud del cual todos los que demostrasen pertenecer a aquella Sefarad errante, obtendrían de inmediato la nacionalidad española. Ocultaban que el efecto del decreto había expirado en 1.931, pero en Madrid no se acordaban y los nazis, no lo sabían. Muguiro se agarró a él para solicitar a las autoridades húngaras la protección de los sefarditas (Aunque en Hungría, sefarditas, lo que se dice sefarditas, había muy pocos).
Informando a Madrid del terrible futuro que esperaba a la comunidad hebrea, arriesgando su condición de diplomático, Muguiro, intercedió a favor de todos los judíos que pudo y se apropió de un cargamento de 500 niños, cuyo destino eran las cámaras de gas de Auschwitz, a los que les extendió un visado para enviarles a Tánger, que por aquel entonces era algo parecido a colonia española.
Este hecho y otros parecidos, hicieron que húngaros y alemanes se pusieran en su contra, y presentaran una queja ante su superior, que concluyó con el cese inmediato de sus funciones.
El puesto se lo quedaba su secretario (que estaba metido en el ajo), y así Sanz Briz quedó convertido en el representante oficial de España en Hungría.
Angel Sanz Briz mantuvo continuamente informado a Madrid sobre el trato a los judíos y la legislación antisemita. En agosto de 1.944 mandó una copia de los Protocolos de Auschwitz y describió los preparativos para asesinar al judaísmo húngaro.
Las comunidades judías de Tánger y Tetuán, en las cuales cientos de judíos húngaros habían hallado refugio, se dirigieron el 22 de mayo de 1.944 al Alto Comisario de España en Marruecos para que autorizara la entrada en Tánger de 500 niños huérfanos, acompañados por 70 adultos. El 20 de julio de 1.944, Ángel Sanz Briz recibió instrucciones, junto con las autoridades de la Cruz Roja, de formar el grupo. Ángel Sanz Briz solicitó el envío de los niños pero las autoridades alemanas dificultaron su traslado a Tánger. Sin embargo las visas constituían de por sí una protección parcial, y los 500 niños que las recibieron quedaron bajo la protección de la Cruz Roja y de la legación española.
Las comunidades judías de Tánger y Tetuán, en las cuales cientos de judíos húngaros habían hallado refugio, se dirigieron el 22 de mayo de 1.944 al Alto Comisario de España en Marruecos para que autorizara la entrada en Tánger de 500 niños huérfanos, acompañados por 70 adultos. El 20 de julio de 1.944, Ángel Sanz Briz recibió instrucciones, junto con las autoridades de la Cruz Roja, de formar el grupo. Ángel Sanz Briz solicitó el envío de los niños pero las autoridades alemanas dificultaron su traslado a Tánger. Sin embargo las visas constituían de por sí una protección parcial, y los 500 niños que las recibieron quedaron bajo la protección de la Cruz Roja y de la legación española.
Durante ese verano, las organizaciones judías de Estados Unidos pidieron a los Aliados que tomaran medidas efectivas para salvar judíos. Uno de estos pedidos se refería a 1.684 judíos de Budapest, sobre cuya liberación estaba negociando con Adolf Eichmann el Comité de Ayuda y Salvamento de Hungría. Cuando se autorizó su salida, esos refugiados necesitaron obtener de inmediato visas para un país neutral. Ángel Sanz Briz transmitió a Madrid la súplica de los líderes del Comité de Budapest, Otto Komoly y Rezso Kastner, de que España otorgase esas visas y el pedido fue aceptado. La oposición alemana y los cambios en el frente de batalla occidental hicieron que el convoy de refugiados fuera desviado a Bergen-Belsen y de allí a Suiza.
La localización de los 500 niños que debían ser enviados a Tánger y la protección a 45 judíos que podían aducir ciudadanía española fueron las primeras medidas que tomó Ángel Sanz Briz después del 15 de octubre de 1.944, fecha en que tomaron el poder Ferenc Szalasi y los fascistas húngaros. La presión de los Aliados y los informes de Ángel Sanz Briz desde Budapest hicieron que el ministerio español de Asuntos Exteriores lo autorizara a ayudar a los judíos, tal como lo hacían los diplomáticos de Suecia, Suiza, el Vaticano y Portugal.
La localización de los 500 niños que debían ser enviados a Tánger y la protección a 45 judíos que podían aducir ciudadanía española fueron las primeras medidas que tomó Ángel Sanz Briz después del 15 de octubre de 1.944, fecha en que tomaron el poder Ferenc Szalasi y los fascistas húngaros. La presión de los Aliados y los informes de Ángel Sanz Briz desde Budapest hicieron que el ministerio español de Asuntos Exteriores lo autorizara a ayudar a los judíos, tal como lo hacían los diplomáticos de Suecia, Suiza, el Vaticano y Portugal.
En julio Sanz Briz calculaba en medio millón el número de judíos deportados y había empezado a conceder visados con los que 1.684 judíos pudieron huir a Suiza. El 15 de octubre el almirante Horthy fue detenido, y llegó al poder Ferenc Szalasi el líder de los nazis húngaros. Inmediatamente la persecución contra los judíos se endureció. Mientras Sanz Briz, utilizando la disposición de Primo de Rivera, había conseguido que se le permitiera extender pasaportes españoles para los judíos sefarditas de la ciudad. Estaba autorizado a conceder 200, y como sólo encontró 45 sefarditas empezó por repartir el resto entre judíos asquenazíes que eran mayoría en Budapest. 352 judíos recibieron pasaportes especiales y otros 1.898 recibieron “cartas de protección”. Luego se le ocurrió conceder pasaporte a 200 familias en vez de a 200 individuos, y finalmente acabaría por dar pasaportes a miles mediante diversos trucos.
En noviembre se obligó a los judíos protegidos por países neutrales a concentrarse en un gueto, desde el que serían deportados, por lo que Sanz Briz, siguiendo el ejemplo del diplomático sueco Wallemberg, alquiló varias casas con dinero donado por los judíos, y las presentó como “Anexos de la embajada de España” poniendo carteles, lo que impedía que se llevaran a los refugiados en ellas. Finalmente consiguió que el gobierno español, ante la presión internacional, le diese permiso para actuar a su entera discreción. En aquel momento había miles de refugiados en las casas de la legación española en lugar de los 300 que a duras penas había conseguido que aprobaran los húngaros. Cuando éstos se dieron cuenta le insistieron en que debían deportar al resto. Sin embargo gracias a un generoso donativo al gobernador alemán y a sus insinuaciones de que si le permitían seguir con lo que estaba haciendo el gobierno español podía mediar con los aliados para lograr un armisticio con Hungría, consiguió que las “casas españolas” fueran respetadas.
Ángel Sanz Briz consiguió salvar a 30 de sus protegidos de la marcha de la muerte organizada por los nazis a fines de ese año, y los devolvió a Budapest. El 17 de noviembre participó con otros representantes de estados neutrales en una petición a Szálasi para que cesara la marcha y se ordenara el regreso de los exiliados.
Respecto a cómo hizo para con 200 pasaportes autorizados salvar a miles de personas, el propio Sanz Briz respondía a Federico Ysart en su libro "España y los Judíos": "(...)la labor fue relativamente fácil. Las 200 unidades que me habían sido concedidas las convertí en 200 familias; y las doscientas familias se multiplicaron indefinidamente con el simple procedimiento de no expedir documento o pasaporte alguno a favor de los judíos que llevase un número superior al 200".
El documento falso, fechado en Budapest el 14 de noviembre de 1.944, que salvó la vida a un judío llamado Mannheim decía: "Certifico que Mor Mannheim, nacido en 1907, residente en Budapest, calle de Katona Jozsef, 41, ha solicitado, a través de sus parientes en España, la adquisición de la nacionalidad española. La legación de España ha sido autorizada a extenderle un visado de entrada en España antes de que se concluyan los trámites que dicha solicitud debe seguir."
Sanz Briz tuvo que abandonar Budapest el 30 de noviembre ante la insistencia del gobierno de que no debía de caer en manos de los rusos, dejando la legación española en manos de Giorgio Perlasca, un italiano que había combatido con los nacionales en la guerra civil , fiel colaborador de Sanz Briz al que nacionalizó español pasando a llamarle Jorge, y que, haciéndose pasar por el nuevo embajador español, consiguió mantener a los refugiados a salvo hasta que llegaron los rusos. En total se calcula que gracias a Sanz Briz, (con Muguiro y Perlasca) se salvaron unas 5.200 vidas.
Sanz-Briz continuó su carrera diplomática siendo destinado a varios países hasta que en 1.976 fue destinado a Roma como embajador de España ante el Vaticano, donde falleció el 11 de junio de 1980.
El 18 de octubre de 1.966, Ángel Sanz Briz fue honrado por Yad Vashem como “Justo de las Naciones”. En 1.994 el gobierno húngaro le concedió a título póstumo la Cruz de la Orden del Mérito de la República Húngara. Fue el primer diplomático español que apareció en un sello de correos de España.
Angel Sanz Briz, ha pasado a la historia como el Schindler español, pero si la historia fuera justa, Schindler debería ser el Sanz Briz alemán. Schindler salvó 1.200 judíos, Sanz Briz 5.200.
Para finalizar, os cuento una anécdota como muestra de lo que Sanz Briz significa para el pueblo judío y unas imágenes sobre esta entrada:
"26 de enero de 1947: el trasatlántico “Magallanes” permanece fondeado en el puerto español de Cádiz debido a un percance familiar del jefe de máquinas. En el bar de Primera Clase, un matrimonio pasa el tiempo sentado en una mesa mientras que en la barra otro hombre apura una copa. Entonces, el consignatario de la compañía de navegación se acerca a la mesa y pregunta: “¿Desea usted algo, señor Sanz Briz?”. Cuando el interpelado había agradecido la atención, el hombre sentado a la barra se levantó y se acercó a la mesa diciendo: “Donde quiera que encuentre a alguien que lleve ese apellido tengo que darle un abrazo”. De este modo, Felipe Sanz Briz, hermano del que fuera jefe de la legación diplomática en Budapest durante la II Guerra Mundial, se levantó de su silla, fue abrazado y por toda explicación su interlocutor (un pianista de nombre Emberg) dijo emocionado: “Yo debo la vida a Ángel Sanz Briz”.
Adela Sanz Briz, hija del ex diplomático, dijo que "a lo largo de su carrera mi padre siempre nos decía: lo que tuve el privilegio de hacer en Budapest es lo más importante que he hecho en mi vida".
"Quien salva la vida de un hombre, salva al mundo entero" - "El Talmud"
17 Comentarios: (+añadir comentario?)
otro héroe olvidado.
Quiza no te estoy diciendo nada nuevo pero Auschwitz ha abierto su pagina en facebook (via Subinet)
No sabia lo de Facebook, pero no es raro en mi, creo que soy de las pocas personas que quedan que no es usuaria de facebook :D. Lo voy a mirar de todas formas. Muchas gracias!
Impecable presentación, sigues superandote en cada artículo.
Da gusto leerte y seguir aprendiendo.
Gracias ademas por tus comentarios, es lo que estimula para seguir compartiendo.
Un saludo!!
Caray Gil de Luna, de verdad que estoy abrumada. Gracias!
No dejes de compartir tus obras, tendría que verlas todo el mundo.
Saludos
Hola Nikkita. Pues si que pasan desapercigicos estos personajes, por lo menos es mi caso. Gracias por descubrirme a este, por lo que he podido leer en tu impecalbe artículo, gran hombre que estuvo con los judiós en ese momento tan delicado de la Historia. Besossss
Si Félix, esa es la parte triste de la historia... muy poca gente sabe de ellos. Y en este caso concreto, superó con creces a Schindler en número de personas a las que ayudó y salvó, pero de él no se hace una película ni un libro de fama internacional porque se apellida "Sanz" como dicen por ahí en muchos artículos.
Besos.
Hola Nikkita, he venido a conocer tu blog, me quedo, me parece super interesante todo lo que he visto en él. Hace poco vi un documental sobre Sanz-Briz, no recuerdo si fue en el canal Historia y era la primera vez que oia hablar de este hombre. Hay historias que no se porqué se quedan en el olvido y no es justo.
Volveré por aqui.
Besinos.
Hola Fabia, bienvenida!!.
Gracias por tu mensaje.
Hace poco creo que pusieron un documental sobre él en Antena3.
Un beso.
Habia oido hablar de el. El mundo necesita mas heroes como el. Gil de luma tambien he visto to pagina a traves de 5 links.. preciosa.
Gracias Nerea, a veces solo hace falta conocer la historia de algunos héroes para que salgan más.
Saludos
Yo ya sabía de la existencia de Briz. Y, como tú dices, fue más importante que Schlinder, por el número de vidas que salvó de su embajada. Vale la pena recordarlo, como has hecho. Gracias Nikkita.
Por cierto, tu blog sigue siendo estupendo y muy bien redactado, que eso a veces se echa de menos.
Gracias meg. Bueno, tampoco quiero decir quién fue más o menos importante. Todos y cada uno de ellos tuvieron su importancia, pero sí es verdad que gente como Sanz Briz y otros muchos de los que poco a poco os iré hablando deberían tener un hueco mayor en la Historia.
Un beso
Conocía por encima la historia de Briz.
Gracias a tu excelente artículo, ahora la conozco más profundamente.
Según su hija, Briz dijo que lo que tuvo el privilegio de hacer en Budapest era l más importante que había hecho.
Lo que son las cosas. Algo que otros habrían considerado un riesgo incómodo, que no merece la pena correr, él lo veía como un privilegio. Hay, sin duda, diferentes calidades de personas.
Enhorabuena, Nikkita. No dejas de sorprender. Gracias.
Besos.
Gracias Perikiyo. Hay gente que es altruista por naturaleza, y valora mucho más el haber hecho algo por los demás que los laureles, la gloria, o la propia comodidad.
Un motivo de admiración hacia ellos, desde luego.
Un beso
NiKKITA
Belos textos
Que bom poder recordar o passado e nãoo olvidar...
para ti
un besito e mi poesia para ti...
NiKKITA
Belos textos
Que bom poder recordar o passado e nãoo olvidar...
para ti
un besito e mi poesia para ti...
Gracias Lili, tan dulce como siempre.
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